Aquel Hombre, que con su balsa de remos por hacer tenia. Transportar gente perros gatos y cosas, al otro lado del ancho rio. Trabajo que hacia desde mucho tiempo atrás, de mañana, de tarde, de noche, siempre había alguien esperando ser transportado al otro lado del río.
Agotado de remar, no miraba el Sol de madrugada ni le importaba el calor del medio dia, siempre remando y remando, pasaban las horas, pasaban los días los meses…
Agotado de remar, no miraba el Sol de madrugada ni le importaba el calor del medio dia, siempre remando y remando, pasaban las horas, pasaban los días los meses…
Hace años. Olvidó la existencia del calendario y por reloj tenia su sombra. Odiaba su trabajo, eso de estar pasando gente toda la vida que de aquí paya que de aya paca. Que de aquí paya otra vez que de aya paca. Que lleveme de regreso. Que espere que falta el chucho,
Se enojaba tanto que su cara se ponía transparente como el rió, todos lo notaban.
Las voces se tropezaban en alagos, “Que trabajo mas bonito el suyo,” Decía uno.
“Disfrutando el paisaje?” Decía otro.
El callado, mordiéndose la legua para no mandarlos a la mierda.
“Usted si que no tiene que andar atalayando el pisto sólito le llega al puesto."
"Sentadito se gana la plata." Decía otro.
"Disfrutando del calor, que diera yo por un trabajo como el suyo. Contento debería estar." dijo otro en son de risa.
El apretaba las manos y todo su enojo lo descargaba en los remos que impulsaban su barca que se deslizaba por el agua azul, hasta llegar al otro extremo.
“Disfrutando el paisaje?” Decía otro.
El callado, mordiéndose la legua para no mandarlos a la mierda.
“Usted si que no tiene que andar atalayando el pisto sólito le llega al puesto."
"Sentadito se gana la plata." Decía otro.
"Disfrutando del calor, que diera yo por un trabajo como el suyo. Contento debería estar." dijo otro en son de risa.
El apretaba las manos y todo su enojo lo descargaba en los remos que impulsaban su barca que se deslizaba por el agua azul, hasta llegar al otro extremo.
Un a mañana alguien tocó a su puerta para pedirle que lo llevara al otro lado.
Era un viejo de barba larga, que llevaba un sombrero café.
Se impreciono al verlo pues no era del área. Traía ropa nueva, se veia muy limpio, ' comparado con la gente que pasaba a diario pensó.'
“Tengo,” Dijo el forastero, “La urgente necesidad, perdone, de atravesar el río, podría Usted transportarme?”
El balsero quedo impresionado de la forma tan educada, de expresarse, y por primera vez en muchos años respondió, "Con mucho gusto señor."
Ambos se montaron en la balsa, sobre el manso rió. “Que calmado se ve todo.” Dijo el viejo para empezar conversación.
“Si." responde el Balsero. Con los ojos fijados en el, preguntándose “Para donde ira?” Era la primera vez que sentía curiosidad por saber la vida de otros.
“Pa, donde va?” Se le salio.
“Voy muy lejos a visitar a un Hombre sabio. Es un Hombre que tiene respuestas para todas las preguntas.”
"Porque no le pregunta algo de parte mía?” Arremató el balsero, "Pregúntele, porque yo no puedo dejar este trabajo de remero? Dígale que estoy harto de hacer esto. Dígale que esto no es vida, tener que pasar a gente de un lado para el otro, que siento como que el rio fuera encantado, siento ambicion por llegar a el otro lado.
Que siempre hay gente esperándome pa darle de regreso. Dígale que ya no aguanto este trabajo de mierda. Que a veces ni comer me dejan, que ni mujer eh podido conseguir en este ir y venir. Dígale que…. El viejo hacia tiempos que no le escuchaba sus quejas su mente se mecía al compas de los remos y los chasquidos del agua, “ Llegamos…” ai le encargo no se le vaya a olvidar, despreocúpese…Me lleva pal otro lado, dijo una garganta adolorida, de una mujer dos niños y un chucho, El afirmo con la cabeza, y a darle de regreso.
Paso meses otra vez en este ir y venir. El viejo regresaba, “Ve!" dijo el Señor del sombrero café.
“Lo llevo de regreso?" pregunto sin darse cuenta por primera ves se ofrecía.
"Si, gracias." Respondió.
Tomo el equipaje y lo subio a la barca. Empezó a remar, de inmediato con fuerza como queriéndose alejar para siempre de la orilla.
"Como le fue?" Pregunto el balsero.
"Muy bien! Me hicieron una limpia, muchos consejos para triunfar en lo poco que me queda de vida."
" Y,, De mi, que le dijo, de mi trabajo encantado de esto que no puedo dejar de hacer?"
"El dijo que tu problema era muy sencillo."
"A pero, la gente quien la va a pasar? y que voy hacer yo después?"
"El dijo que lo único que tienes que hacer para terminar con este encanto, es que cuando lleves a alguien, nuevamente y vayas a medio rió, deja los remos, párate, lánzate y a nadar lo mas que puedas para alejarte de ese mal."
"Que fácil!" respondió el balsero, "Gracias."
"De nada."
"Adiós que le vaya bien."
"Me pasa pal otro lado?" Le pregunta un hombre joven como en sus veintes.
El balsero se le quedo viendo, "Con gusto." le dijo sonriendo.
Primera ves que sonreía desde hace mucho tiempo.
'Ahora es cuando' pensó.
"Lleva prisa?" Le pregunto.
"No." Contesto el muchacho.
"Pues, voy a remar despacio porque estoy un poco cansado." La balsa empezó a abrirse paso atravesando las quietas aguas.
Cuando iban ah medio rió el balsero se paro de repente y sin media palabra se lanzó.
El muchacho sorprendido Gritaba. "Que pasa!! Regrese! no puede irse así por así."
La balsa se tambaleaba. El balsero se perdió en el rió.
El muchacho tomo los remos, empezó a remar con fuerza, sentía sabroso hundir las paletas en el agua, y ver como avanzaba.
Llegando al otro lado un grupo de personas lo esperaban para que los pasara, mucho antes de frenar en la orilla, la balsa estaba llena, sin decir palabra empezó a remar muy contento sumando el total que recibiría por el viaje, y allí esta remando, remando y remando sin tiempo para comer, sin saber como dejar de remar......
Era un viejo de barba larga, que llevaba un sombrero café.
Se impreciono al verlo pues no era del área. Traía ropa nueva, se veia muy limpio, ' comparado con la gente que pasaba a diario pensó.'
“Tengo,” Dijo el forastero, “La urgente necesidad, perdone, de atravesar el río, podría Usted transportarme?”
El balsero quedo impresionado de la forma tan educada, de expresarse, y por primera vez en muchos años respondió, "Con mucho gusto señor."
Ambos se montaron en la balsa, sobre el manso rió. “Que calmado se ve todo.” Dijo el viejo para empezar conversación.
“Si." responde el Balsero. Con los ojos fijados en el, preguntándose “Para donde ira?” Era la primera vez que sentía curiosidad por saber la vida de otros.
“Pa, donde va?” Se le salio.
“Voy muy lejos a visitar a un Hombre sabio. Es un Hombre que tiene respuestas para todas las preguntas.”
"Porque no le pregunta algo de parte mía?” Arremató el balsero, "Pregúntele, porque yo no puedo dejar este trabajo de remero? Dígale que estoy harto de hacer esto. Dígale que esto no es vida, tener que pasar a gente de un lado para el otro, que siento como que el rio fuera encantado, siento ambicion por llegar a el otro lado.
Que siempre hay gente esperándome pa darle de regreso. Dígale que ya no aguanto este trabajo de mierda. Que a veces ni comer me dejan, que ni mujer eh podido conseguir en este ir y venir. Dígale que…. El viejo hacia tiempos que no le escuchaba sus quejas su mente se mecía al compas de los remos y los chasquidos del agua, “ Llegamos…” ai le encargo no se le vaya a olvidar, despreocúpese…Me lleva pal otro lado, dijo una garganta adolorida, de una mujer dos niños y un chucho, El afirmo con la cabeza, y a darle de regreso.
Paso meses otra vez en este ir y venir. El viejo regresaba, “Ve!" dijo el Señor del sombrero café.
“Lo llevo de regreso?" pregunto sin darse cuenta por primera ves se ofrecía.
"Si, gracias." Respondió.
Tomo el equipaje y lo subio a la barca. Empezó a remar, de inmediato con fuerza como queriéndose alejar para siempre de la orilla.
"Como le fue?" Pregunto el balsero.
"Muy bien! Me hicieron una limpia, muchos consejos para triunfar en lo poco que me queda de vida."
" Y,, De mi, que le dijo, de mi trabajo encantado de esto que no puedo dejar de hacer?"
"El dijo que tu problema era muy sencillo."
"A pero, la gente quien la va a pasar? y que voy hacer yo después?"
"El dijo que lo único que tienes que hacer para terminar con este encanto, es que cuando lleves a alguien, nuevamente y vayas a medio rió, deja los remos, párate, lánzate y a nadar lo mas que puedas para alejarte de ese mal."
"Que fácil!" respondió el balsero, "Gracias."
"De nada."
"Adiós que le vaya bien."
"Me pasa pal otro lado?" Le pregunta un hombre joven como en sus veintes.
El balsero se le quedo viendo, "Con gusto." le dijo sonriendo.
Primera ves que sonreía desde hace mucho tiempo.
'Ahora es cuando' pensó.
"Lleva prisa?" Le pregunto.
"No." Contesto el muchacho.
"Pues, voy a remar despacio porque estoy un poco cansado." La balsa empezó a abrirse paso atravesando las quietas aguas.
Cuando iban ah medio rió el balsero se paro de repente y sin media palabra se lanzó.
El muchacho sorprendido Gritaba. "Que pasa!! Regrese! no puede irse así por así."
La balsa se tambaleaba. El balsero se perdió en el rió.
El muchacho tomo los remos, empezó a remar con fuerza, sentía sabroso hundir las paletas en el agua, y ver como avanzaba.
Llegando al otro lado un grupo de personas lo esperaban para que los pasara, mucho antes de frenar en la orilla, la balsa estaba llena, sin decir palabra empezó a remar muy contento sumando el total que recibiría por el viaje, y allí esta remando, remando y remando sin tiempo para comer, sin saber como dejar de remar......