Don Francisco Salomon P.D.
Sé que estás presente, debido a que en este silencio, el latido de tu corazón escucho. Escucho tu risa que lleva el viento. Tu voz es suave, así la siento en mi mente.
Por eso, se que eres feliz en tu cautives. Tienes un palacio hecho de diamantes. En nubes blancas cabalgas a través de lugares remotos. que por morada tienes los astros y las estrellas, alumbran tu faz luceros se posan en tu pelo y radiante te vez, más y más........ Yo sé que estás presente.
sé que estas enamorada, sonríes y tus inmensos ojos negros me envuelven, mi voz tiembla y yo también, enamorado contemplo tu mirar profundo.
Sabes, yo no estoy triste con tu partida porque sé que en el cielo donde tu vives allá es mejor la vida que ángeles y querubes juguetean contigo y la luna siempre caprichosa, muchas veces a tus pies se posa.
Me imagino que vamos en una inmensa arca, navegando por un turbulento mar, hacia el ocaso de la vida y tu eres esa paloma blanca que al espacio lanzamos este día en busca de la siempre verde, siempre fresca rama de olivo.
Por eso, y por muchas cosas más. Yo se que estas presente, Lilian Elizabeth Pacheco Jiménez.
La tarde se puso oscura, de repente yo veía sólo sombreros, pistolas, lentes oscuros, mujeres llorando, un pueblo llorando, por esta tragedia.
La adrenalina corría, yo también.
Salí del lugar. El cementerio me parecía grande, me costó llegar al portón.
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